miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un decálogo para el buceo responsable.

Desde los inicios del buceo, cuando el Comandante Cousteau trajo imágenes del mundo submarino a millones de personas a través de sus documentales en los años sesenta, la práctica del buceo y la conservación ambiental han estado ligadas. Es a Cousteau a quien históricamente se le dá el crédito por haber abierto los ojos al mundo entero acerca de la biodiversidad marina y las amenazas a las cuales se enfrenta.
La mayoría de los buzos nos sentimos atraídos y permanecemos involucrados con el buceo a causa de nuestro interés en el ambiente submarino. 
Existe un buen número de organizaciones tales como Project AWARE y REEF que han sido establecidas por la industria del buceo o por los mismos buzos para encargarse de la educación y protección del ambiente marino y costero. Estas organizaciones cumplen una gran labor en la recopilación de información del ambiente marino alrededor del mundo, creando conciencia y apoyando diversos proyectos de conservación marina.

Como buzos tenemos el privilegio de penetrar y experimentar la magia del mundo submarino. Sin embargo, corales y otras especies como los tiburones, alrededor del mundo se encuentran fuertemente amenazadas, y si queremos asegurar que las generaciones que vienen puedan disfrutar las mismas experiencias maravillosas que hoy disfrutamos, necesitamos establecer y respetar las prácticas para un buceo responsable, las cuales podemos resumir en el siguiente decálogo:

1. Las anclas causan serio daño a los arrecifes. Pregunta a tu operador de buceo si para sus maniobras utiliza boyas o qué prácticas utiliza para garantizar que el arrecife no será dañado.

2. Asegúrate de que el punto de entrada se encuentra alejado del frágil coral. Es muy fácil dañarlo cuando se entra al agua.

3. Aprende a controlar tu flotabilidad, por tu propia seguridad y para evitar levantar sedimento mientras nadas y no alterar techos y paredes de cuevas. Controla especialmente la punta de tus aletas para no dañar el fondo ni a ninguno de sus habitantes. Practica primero sobre el fondo de arena, antes de desplazarte sobre el arrecife.

4. No extraigas ningún objeto o ser vivo por muy atractivo que te parezca y trata de, en la medida de lo posible, no tocar nada.

5. Interactúa con los animales lo justo, para que no se asusten o molesten. No les des de comer. Una foto o un vídeo no valen la pena si hay que perturbar a sus protagonistas. Ten cuidado con deslumbrarlos con linternas o flashes. Aprende sobre las distintas especies y su comportamiento, descubrirás cosas sorprendentes.
6. Colabora en hacer que se cumplan las normas de buceo y las leyes. Conócelas y participa en su difusión. Respétalas e informa y advierte a quien no las cumpla. No dudes en avisar a las autoridades ante delitos que pongan en peligro la conservación y el futuro de nuestro patrimonio.

7. Bucea con personas, centros y profesionales respetuosos y comprometidos con la naturaleza y la legalidad.

8. No permitas que se tire ningún residuo al mar, ni líquido ni sólido. Lo único que sobra en el medio marino son los desechos del ser humano.

9. Fórmate constantemente para ser un buzo o buza excelente.

10. Colabora en acciones de divulgación y conservación.

Finalmente, recuerda que las comunidades locales pueden haber convivido con el mar y los arrecifes durante muchas generaciones. Asegúrate de que son compensadas por permitirnos disfrutar su patrimonio y de que se benefician económicamente por nuestro turismo.

¡Que tu inmersión no destruya lo que has venido a ver!


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