jueves, 29 de septiembre de 2011

Nuestro patrimonio cultural sumergido.

Participando de la celebración del mes del patrimonio(#mesdelpatrimonio) que ya está por terminar, animado por un gusto muy personal y ante la escasa información publicada, decidí hacer una breve reseña sobre el Patrimonio Cultural Sumergido.

"Deje caer un objeto al océano y se perderá para siempre…o tal vez no."

Ciudades enteras han sido engullidas por las olas y miles de navíos se han ido a pique a las profundidades del mar. Aunque, una vez vuelta a la calma, la superficie del océano impida ver toda huella de barcos o edificios, sus pecios y ruinas yacen en los fondos marinos, bien protegidos por el agua. Ellos constituyen testimonios de distintos periodos y aspectos de la historia de la humanidad, ya sea de la crueldad de la trata de esclavos y la ferocidad de las guerras, o de los intercambios pacíficos y el diálogo cultural entre regiones del mundo muy distantes entre sí.

Se estima que en el fondo de los océanos del planeta yacen diseminados más de 3 millones de pecios de navíos naufragados, aún por descubrir. Muchos navíos famosos se hundieron y sus naufragios inspiraron los temas de numerosos libros y películas. Así, los barcos de la Armada Invencible de Felipe II de España, el transatlántico Titanic, la flota de Kubilal Khan, las carabelas de Cristóbal Colón y los galeones españoles que surcaban los mares desde las colonias de América hasta la metrópoli.

En nuestro país, según la Ley General de Cultura, en el artículo noveno, se incluye como parte del patrimonio arqueológico al patrimonio cultural sumergido:

"Pertenecen al patrimonio cultural o arqueológico de la Nación, por su valor histórico o arqueológico, que deberá ser determinado por el Ministerio de Cultura, las ciudades o cementerios de grupos desaparecidos, restos humanos, las especies náufragas constituídas por las naves y su dotación, y demás bienes muebles yacentes dentro de éstas, o diseminados en el fondo del mar, que se encuentren en el suelo o subsuelo marinos de las aguas interiores, el mar territorial, la plataforma continental o zona económica exclusiva, cualesquiera sea su naturaleza o estado y la causa o época del hundimiento o naufragio. Los restos o partes de embarcaciones, dotaciones o bienes que se encuentren en circunstancias similares, también tienen el carácter de especies náufragas”.

En los archivos de la Dirección General Marítima de Colombia reposan una gran cantidad de denuncias a la espera de que los exploradores obtengan beneficios económicos de la explotación de este patrimonio. Sin embargo, sólo algunas de ellas han dado resultado, de forma que en el país se han otorgado 24 permisos de exploración y se han atendido 18 denunciantes, lo que ha arrojado como resultado 318 hallazgos, de los cuales 261 han sido reconocidos por las autoridades competentes.
 
En Colombia, como en muchos otros países, la falta de conciencia sobre la importancia del patrimonio cultural sumergido, como la herramienta que nos permite conocer sobre los procesos culturales del pasado, tiene como consecuencia no sólo la ausencia casi total de control sobre estos sitios, sino que, conocedores de la presencia de restos culturales sumergidos, en ocasiones las autoridades han permitido los dragados sobre dichos yacimientos, actividad que destruye todo vestigio cultural y altera las asociaciones físicas de los sitios.

Desde esta perspectiva, los yacimientos culturales sumergidos en Colombia, continúan expuestos a saqueos, dragados y exploraciones ilícitas por parte de nacionales y extranjeros. 
Sin embargo, a pesar de la destrucción y saqueo de muchos de los yacimientos sumergidos, aún se hace necesario proteger estos restos que son evidencias históricas, de forma que debe comprenderse que el patrimonio es un bien cultural y no un bien cambiario, pues al entenderlo de esta última forma sólo se le otorga importancia al objeto aislado, al que se le asigna un valor comercial por las características, bien sea estéticas (un plato de porcelana China) o de mercado (el valor del oro). El patrimonio entendido como cultural es un conjunto de bienes inmerso en un contexto el cual nos permite entender su significado a partir del conocimiento del conjunto de hechos del que hizo parte. Es decir, el objeto es importante sólo al comprender el medio en el que éste se encuentra incluído, esto a la vez le confiere a cada elemento las características de único y particular.

Por ende y al contrario de lo expresado por algunos "caza tesoros" , debemos en lo posible evitar extraer el patrimonio sumergido de su contexto y sólo contar con una muestra suficiente de información con la que podamos responder a las inquietudes actuales que tenemos frente al pasado.

¡Bajo el agua también está nuestra historia!

¿Y sobre los buzos qué?
Los sitios arqueológicos sumergidos corren un riesgo cada vez mayor de sufrir daños causados por buzos inexpertos o inconscientes. Para que los buzos de todo el mundo respeten el patrimonio subacuático, es muy importante promover el código de ética para definir una norma común.
Las normas éticas de la UNESCO para buzos sobre yacimientos arqueológicos sumergidos fue aceptado por los estados parte de la Convención de 2001 y también por el Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención.


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