lunes, 19 de septiembre de 2011

El buceo SCUBA y su potencial valor terapéutico en la recuperación de personas con dispacidad.


Hace poco publiqué nuestros primeros acercamientos a la enseñanza, práctica y acompañamiento en el buceo adaptado.
Ahora comparto con ustedes un informe muy reciente acerca de nuevos y esperanzadores hallazgos hechos en la universidad Johns Hopkins con respecto a la práctica del buceo y sus potenciales beneficios para personas con algunos tipos de discapacidad.

A comienzos de este año, un grupo de veteranos de guerra con lesiones en la médula espinal participó en un programa de cuatro días entrenamiento en buceo SCUBA  en las islas Caimán.

Recientemente, académicos de la universidad Johns Hopkins revelaron sus hallazgos, según los cuales los participantes experimentaron una mejora significativa en el movimiento muscular, aumentaron la sensibilidad al tacto suave y los pinchazos en las piernas y una gran reducción en los síntomas del desorden por estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés).

Describieron como "dramáticos" los avances logrados en el transcurso de solo unos pocos días, pero también advirtieron que los resultados son preliminares y que debido al pequeño tamaño del grupo de estudio, la duración de los beneficios aún se desconoce. Sin embargo, dicen que los hallazgos sugieren que puede haber una vía para restaurar la función neurológica y psicológica en personas parapléjicas, que ha sido pasada por alto.

"No existe un tratamiento para las personas con lesión crónica de la médula espinal y muchos creen que una vez se ha perdido la comunicación entre el cerebro y las extremidades, no hay nada que se pueda hacer para restaurar la función perdida", dice Adam Kaplin, MD, Ph.D., profesor asistente de psiquiatría y comportamiento de la Escuela de medicina de la universidad Johns Hopkins.
"Lo que vimos en el agua sugiere fuertemente que hay alguna restauración de la función neurológica y psicológica en personas parapléjicas, facilitada por el buceo SCUBA. Es muy provocativo"

Kaplin enfatizó en que su equipo no puede "establecer sin sombra de duda que lo que vimos es reproducible o duradero." Tampoco puede explicar cómo la práctica del buceo puede haber funcionado, aunque él y su coinvestigador Daniel Becker, MD, jefe de Terapia Pediátrica de restauración en el Centro Internacional de Lesiones de la Médula Espinal (ICSCI) del Instituto Kennedy Krieger, esperan poder hacer un estudio aleatorio más grande para poner a prueba sus hipótesis.

La investigación surgió como iniciativa de Cody Unser. Unser, ahora de 24 años, sufrió un ataque agudo de mielitis transversa - un síndrome neurológico causado por la inflamación de la médula espinal - que, más que una década atrás, la dejó paralizada del pecho hacia abajo. Unser, dijo Kaplin, recuperó algo de sensibilidad en sus piernas cuando estuvo buceando. Kaplin manifiesta haber sido escéptico al principio, pero Unser lo llevó a una sesión de entrenamiento de buceo en Pennsylvania para hablar con otras personas en silla de ruedas que manifestaron lo mismo. Kaplin quedó intrigado.

Kaplin y Becker recogieron sus datos en las Islas Caimán en el mes de mayo, durante un viaje de certificación de buceo para veteranos con discapacidad. Hubo 10 participantes dependientes de silla de ruedas que habían sufrido una lesión en la médula espinal un promedio de 15 años atrás y nueve "compañeros de buceo" saludables como sujetos de control. Antes de la inmersión, Kaplin y Becker llevaron a cabo una serie de pruebas neurológicas y psicológicas en los 19 buzos. Midieron la espasticidad muscular, control motor y la sensibilidad a pinchazos y al tacto suave, así como síntomas que se presentan en la depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático y la hostilidad. A continuación, los participantes se sometieron al entrenamiento en buceo, que incluía una serie de nueve inmersiones a lo largo de cuatro días. Ocho de los 10 venteranos con paraplejia lograron completar las inmersiones. Al finalizar, los 19 participantes fueron reevaluados.


"Vimos cambios dramáticos en cuestión de días en un número de personas con lesión medular, que practicaron buceo SCUBA", dice Becker. "Este es sólo un estudio piloto, pero lo que pudimos ver en la restauración de la función neurológica y una mejora significativa en los síntomas de PTSD en un período tan corto de tiempo, no tiene precedentes." Los investigadores observaron un promedio del 15 por ciento de reducción de la espasticidad muscular y un incremento promedio del 10 por ciento de la sensibilidad al tacto suave y cinco por ciento a los pinchazos. En algunos individuos la mejora en el tono, la sensibilidad y la función motora estuvo entre el 20 y 30 por ciento.

Los investigadores también encontraron una disminución promedio del 15 por ciento de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo en los buzos con discapacidad, un descenso similar en los signos de depresión, y una disminución general de los problemas mentales, haciendo uso un test psicológico validado. "Ellos fueron retados con algo que los volvía ansiosos y lograron dominarlo", dice Kaplin. Agrega que la respiración regulada necesaria para controlar la flotabilidad y el desplazamiento en el agua pudo haber contribuído también a relajar a los veteranos y los hizo más capaces de controlar sus síntomas.

El grupo de investigadores dice que en realidad no saben cómo explicar el efecto que el buceo SCUBA puede tener sobre el cuerpo de las personas con lesiones de médula espinal. Kaplin dice que es posible que la ingravidez en el agua pueda desempeñar un papel importante en esta mejoría. En el próximo estudio los investigadores buscarán  comparar resultados después de haber practicado buceo SCUBA, snorkeling y después de haber pasado períodos de tiempo en inmersiones simuladas en una cámara hiperbárica. Estos resultados permitirían discernir el papel que pueden estar jugando el ejercicio y la presión del aire en los hallazgos reportados.


Fuente: www.examiner.com

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